En la mayoría de ocasiones en las que se habla del aborto, se asocia éste a una decisión personal de la mujer, pero esto no tiene por qué ser necesariamente así siempre. A veces el aborto puede deberse a causas naturales y es en estos casos cuando nos referimos a aborto involuntario.
Aun así, el uso de este término tiene ciertas restricciones, ya que no todos los abortos naturales se denominan como involuntarios. Para que esto sea así, el aborto debe producirse antes de la vigésima semana de embarazo, pasado este punto se calificaría como parto prematuro.
De igual modo, continuando con esta clasificación temporal, si el aborto se produce antes de la semana 12 de embarazo sería temprano, mientras que si se produce entre las semanas 12 y 20 sería tardío.
En lo referente a las causas que precipitan el aborto involuntario, éstas son múltiples y variadas, aunque lo más habitual es que resulten derivadas de alguna complicación relacionada con un anormal desarrollo del embarazo. De hecho, lo más común cuando concurren estas circunstancias es que el aborto sea completamente inevitable.
Entre las causas más frecuentes del aborto involuntario cabe destacar aquellas que tienen su origen en una anomalía en los cromosomas del feto.
La probabilidad de que aparezcan estas anomalías está muy relacionada con la edad, ya que cuando la mujer tiene más de 35 años el riesgo de sufrir algún percance de este tipo se multiplica exponencialmente.
A ello hay que añadir el desgaste psicológico que conllevan estos problemas, pues las anomalías cromosomáticas suelen ser extremadamente dolorosas para los progenitores cuando se trata de un bebé deseado y plenamente buscado, provocando un cierto temor a que la experiencia pudiera repetirse en futuros embarazos.
A día de hoy, aún hay un gran número de abortos involuntarios cuyas causas primarias todavía escapan al conocimiento médico.
Así, la prevención juega un papel fundamental para evitar los abortos involuntarios, por lo que, entre otros consejos, se recomienda a las futuras madres reducir su estrés, seguir una dieta sana, no consumir drogas o dejar de fumar como medios de minimizar el riesgo de este tipo de abortos.